La identidad del equipo

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La identidad del equipo es el conjunto de rasgos individuales que caracterizan al futbolista.

Cada jugador es único e irrepetible y, esta identidad, es lo que los diferencia de los demás. Si bien cada jugador es diferente, esto aporta a que el equipo, en conjunto, se complemente y se potencie. Ambas facetas son fundamentales. El entrenador debe velar porque los jugadores se integren a la perfección en el equipo, para así asegurar el éxito.

El jugador tiene derecho al éxito personal siempre que no se anteponga al éxito colectivo. No debemos olvidar que el fútbol es un deporte de equipo en el que todos los jugadores se benefician por la buena marcha del conjunto. Ambos éxitos se retroalimentan.

No obstante, en la realidad las cosas no son tan sencillas. En un vestuario existen diversos elementos potencialmente desestabilizadores. Los jugadores que no cuentan con muchos minutos son uno de los principales focos perturbadores de la cohesión grupal. En plantillas de más de veinte jugadores, el entrenador solo puede alinear a once. Esta circunstancia genera más de una decena de elementos potencialmente desequilibrantes. Muchas veces esto puede afectar el ánimo de aquellos jugadores que no forman parte de la primera formación, pero es importante entender que la estrategia a la hora de conformar un equipo es esencial para un rendimiento óptimo.

Es labor del entrenador reconocer las diferencias como algo enriquecedor para el equipo. No se puede planificar un entrenamiento igual para todos, a pesar de ser lo más cómodo. Se deben diseñar entrenamientos a la carta con el objetivo de que sus jugadores mejoren las fortalezas individuales y corrijan las debilidades. La personalización del entrenamiento permite que los jugadores desarrollen su creatividad en función de sus cualidades y poder así aportar respuestas efectivas y originales. Todo este trabajo personalizado redundará en beneficio del equipo durante la competición.

Otra de las labores del entrenador es mantener el orden y equilibrio dentro del vestuario. Potenciar la identidad y las diferencias puede generar actitudes y comportamientos negativos para la cohesión grupal.

A continuación se exponen algunos de las actitudes o comportamientos más nocivos:

  • Actuar con altivez y querer ser preferido a otros. Se neutraliza reconociendo las propias limitaciones.
  • Actuar únicamente por propio interés buscando solo el beneficio personal. Se neutraliza anteponiendo el decoro a la utilidad y al interés, es decir, actuando con generosidad.
  • Hacer solo aquello que te apetece o desees. Se neutraliza actuando con esfuerzo, perseverancia y sacrificio.
  • Indignarse y enojarse con deseo de venganza. Se neutraliza aceptando lo que acontece sin alterarse y teniendo paciencia.
  • Actuar con exceso y desorden. Se neutraliza actuando con moderación. sobriedad y continencia.
  • Entristecerse del bien ajeno o desear algo que posee otra persona. Se neutraliza ayudando a los compañeros y teniendo una actitud solidaria con el sufrimiento ajeno.
  • Actuar con negligencia, tedio o descuido en las cosas a las que nos hemos obligado o comprometido. Se neutraliza actuando con cuidado, prontitud, agilidad y diligencia.

El hecho de que un jugador tenga un tipo u otro de comportamiento forma parte de su yo más interno. Lo que podríamos denominar valores fuertemente adquiridos a lo largo de su vida y que resultan muy difíciles de modificar. El entrenador, no obstante, deberá neutralizar dichas conductas disruptivas en aras de mantener la homeostasis del equipo.

Como vimos en este artículo, la identidad es algo fundamental a la hora de desarrollar tanto a los jugadores como al equipo. También es muy importante que los jugadores sientan pertenencia al equipo ¿Cómo lograr esto? El primer paso es diseñar una camiseta, y en este artículo te explicamos que tenés que tener en cuenta para comenzar a personalizar tu propio diseño.

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